Cuando hablamos de un intolerancia alimenticia, lo hacemos de una reacción adversa del organismo a ciertos alimentos o componentes de los mismos, que se produce por una deficiencia o ausencia de alguna enzima o sustancia necesaria para su digestión o metabolismo. A diferencia de las alergias alimentarias, que implican una respuesta inmunológica, la intolerancia alimenticia no afecta al sistema inmunitario y suele tener síntomas menos graves, aunque más molestos y persistentes. ¿Sabías que existe esta diferencia? Si piensas que puedes sufrir una, es fundamental realizar los análisis clínicos adecuados. Te contamos mucho más desde Laboratorio Pintor, centro de análisis clínicos en Vilagarcía.
La intolerancia alimenticia más común
Según diversos estudios, la intolerancia alimenticia más común es la intolerancia a la lactosa, que afecta a entre el 15 y el 75% de la población mundial, dependiendo de la región geográfica y la etnia. La lactosa es el azúcar presente en la leche y los productos lácteos, que requiere de una enzima llamada lactasa para su descomposición y absorción. Cuando hay una deficiencia o falta de lactasa, la lactosa no se digiere adecuadamente y provoca síntomas como dolor abdominal, hinchazón, gases, diarrea o náuseas.
Celiaquía o intolerancia al gluten
Otra intolerancia alimenticia muy frecuente es la intolerancia al gluten, que afecta a entre el 0.5 y el 1% de la población mundial. El gluten es una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la cebada o el centeno, que puede causar daños en el intestino delgado de las personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca. Los síntomas de la intolerancia al gluten pueden ser similares a los de la intolerancia a la lactosa, pero también pueden incluir anemia, pérdida de peso, fatiga, depresión o problemas neurológicos.
Intolerancias menos comunes
Existen otras intolerancias alimenticias menos comunes, como la intolerancia a la fructosa, al sorbitol, a la histamina o a los sulfitos, que también pueden provocar molestias digestivas y otros trastornos.
Diagnóstico y tratamiento de las intolerancias alimenticias
Para diagnosticar una intolerancia alimenticia y lo primero que debe hacer una persona es evidente: pedir consulta con su médico, que seguramente pautará la realización de las pruebas específicas necesarias como el test de hidrógeno espirado, el test de tolerancia oral o el test genético. El tratamiento también es más o menos conocido: consiste en evitar o limitar el consumo de los alimentos que causan la intolerancia, y en algunos casos suplementar con enzimas o sustancias que faciliten su digestión.
No olvidemos que una intolerancia alimenticia es un problema de salud que puede afectar a la calidad de vida de las personas que la padecen. Por eso, es importante conocer sus causas, síntomas y tratamientos, y consultar con un profesional médico o nutricionista ante cualquier duda o sospecha. Si te podemos ayudar, desde Laboratorio Pintor, especialistas en análisis clínicos para intolerancias alimenticias, nos ponemos a tu disposición.